Hotel Villa Reine Hortense: una joya en el corazón de Dinard

Prepárese para viajar en el tiempo: la villa de la Costa Esmeralda es testimonio vivo del arte de vivir de otra época.

Elhotel, regentado por Florence y Marc Benoist, tiene un ambiente íntimo y un encanto histórico. La pasión de los propietarios es claramente contagiosa (¡no dude en hablar con ellos!), gracias a su excepcional sentido de la hospitalidad. La villa fue construida a principios del siglo XX por el príncipe Nicolas de Vlassov, ferviente admirador de Hortense de Beauharnais, nuera de Napoleón I. Para rendir homenaje a la esposa de Luis Bonaparte, hermano del Emperador y rey de Holanda, decoró su residencia con objetos que pertenecieron a Hortense, como una bañera de cobre plateado con balaustres, que aún se utiliza en la primera planta.

Cada rincón de este establecimiento destila elegancia y misterio, con el alegre fantasma de la reina Hortensia que parece flotar en el aire. La villa, por su parte, conserva sus recuerdos, mientras que las habitaciones ofrecen a los huéspedes la posibilidad de dormirse con el relajante sonido de las olas.

Con acceso directo a la famosa playa de Écluse, está listo para descubrir sus famosas tiendas de rayas azules y blancas. Es el punto de partida ideal para descubrir las más de cuatrocientas villas bellamente conservadas que salpican la ciudad. En efecto, el patrimonio inmobiliario de Dinard es uno de los más ricos de la región, con más de 400 villas catalogadas o inscritas como Monumentos Históricos. Estas villas, construidas principalmente a finales del siglo XIX y principios del XX, son testimonio de la época dorada de la ciudad como destino balneario preferido por la élite. Entre estas villas, Villa les Roches Brunes es sin duda la más emblemática. Con vistas a la punta de la Malouine, está declarada Monumento Histórico y abierta al público para actos culturales.

Dinard, una de las perlas de la Costa Esmeralda, es mucho más que una estación balnearia. Su rápido desarrollo en el siglo XIX, bajo la influencia de la alta sociedad británica y el chic parisino, ha dejado un rico patrimonio arquitectónico y cultural que sigue seduciendo a los visitantes hoy en día.

Al pasear por las callejuelas de Pointe du Moulinet, no se pierda laiglesia de San Bartolomé, una joya de influencia anglicana. El paseo Clair de Lune, frente al Rance y la Baie du Prieuré, ofrece una vista impresionante de Saint-Malo. Es el corazón marítimo de la ciudad, con su puerto deportivo y su embarcadero, desde donde podrá tomar el autobús marítimo para explorar la ciudad corsaria.

Y por qué no visitar laisla de Cézembre, joya natural histórica y pintoresca reabierta a los visitantes tras una peligrosa operación de desminado. Cézembre tiene una historia rica y compleja. Durante la Segunda Guerra Mundial, fue intensamente bombardeada por los Aliados debido a su posición estratégica. Hoy todavía se pueden ver las huellas de estos bombardeos, con cráteres y ruinas de fortificaciones alemanas.

Pero Cézembre no es sólo una isla de historia. También es un lugar de belleza natural, con una variada gama de flora y fauna. Esta isla de 9,5 hectáreas, remanso de paz, naturaleza virgen y fauna diversa, es un lugar Natura 2000, lo que significa que está reconocido por su importancia ecológica. Alberga una gran variedad de aves, como gaviotas argénteas y cormoranes moñudos, así como plantas raras como el clavel francés.

Cézembre es una visita obligada para los amantes de la naturaleza, la historia y la belleza del paisaje marino. Ya sea senderista, observador de aves o simplemente amante del mar, Cézembre es una joya esmeralda que le recomendamos visitar por la mañana para disfrutar de su paseo.

Por último, le seducirán los artesanos y profesionales del mundo gastronómico: en Dinard y en Bretaña, lo "casero" es de rigor. Desde la famosa galette saucisse del mercado hasta suntuosas heladerías como Sánchez y Vent de Vanille, las oportunidades de darse un capricho son innumerables. Para elaborar sus propios helados, una habitante de la zona incluso deja su verbena en la heladería para crear nuevos sabores... ¡una localidad especialmente sabrosa y auténtica!